Es muy difícil explicar esta dualidad: el resultado es bueno, y el funcionamiento nos sigue dejando preguntas.
Y seguramente también las debe tener Walter Otta que decidió meter mano al equipo que le ganó a los tandilenses. Pero la nota está en la cantidad de cambios: cuatro (Paredes por Broggi, Giménez por Lillo, Ramírez por Díaz y Guzmán por Gerardo).
El primer tiempo fue de Chicago. Con un equipo muy joven (nueve de sus titulares son producto de las divisiones inferiores) doblegó a cada hombre de Morón en la primera, la segunda y hasta en la tercera jugada. El tándem Méndez - Giménez tenían dificultades para contener los embates locales. Nico Martínez tuvo una de las tardes más trabajosas, ganó algunas pero perdió muchas en el mano a mano.
Milton sumó a su perfección la suerte. Porque hasta en una jugada tapó una sin darse cuenta, y era gol. Rossi nuevamente volvió a ser el único de punta mientras que en esta ocasión Ramírez se pareció mucho más a aquel jugador que nos deslumbró a su llegada. Claro que sus centros fueron todos demasiado pasados. Pardo sigue invirtiendo esfuerzos en la marca y casi no pesa en el ataque.
El empate en cero de los primeros minutos no reflejaba la realidad, Chicago había sido más.
En le complemento, y casi desde el inicio, Alexis Vázquez concreta una jugada individual en donde Méndez y Racca fallaron. El hombre de Chicago sella una corrida en gol y allí Otta decide cambiar el libreto original.
Los ingresos de Rodrigo Díaz, Gerardo y Akerman (que sigue sin tocarla en los minutos que participa) le dieron un carácter ofensivo por necesidad al Gallo. Si a esto le sumamos, lo que personalmente creo, una situación que los superó a los jóvenes verdinegros que se encaminaban a su tercer triunfo consecutivo y frente al cásico rival, Morón generó sus mejores llegadas que en definitiva concluyeron en el gol de Rossi para el empate final.
Gerardo jugó una bien y con esto alcanzó para dejar cara a cara Javier Rossi que nuevamente estampó su sello en la red.
Luego poco y nada. Ya no había ni tiempo ni serias intenciones de arriesgar de ninguno de los dos lados.
Evidentemente Deportivo Morón trata de acomodarse a la categoría. Otta prueba algunas caras nuevas ante lo que ya sabe que tiene del torneo anterior. En 5 partidos sumó tres goles (los tres del "Bicho") y esto ha sepultado, por ahora, las intenciones del técnico de que Brito sea el nueve. Emiliano Méndez ha demostrado buen porte y presencia, aunque el partido del domingo lo encontró con otro compañero que fue Giménez en el lugar de Lillo. Quedará a criterio de los protagonista cómo funciona mejor esa zona.
Probar con dos volantes bien abiertos y rápidos como Ramírez y Guzmán fue una buena alternativa. Pero cuando hizo falta fútbol y llegadas para el empate se tuvo que recurrir a Rodrigo y a Gerardo.
Paredes reemplazó a Broggi, que de titular frente a Santamarina ni concentró...o pasó algo que no sabemos o la movilidad dentro del plantel es permanente y sorpresiva. Mitad de la biblioteca dirá que es bueno (porque todos están "afilados" y con posibilidades) y la otra mitad dirá que es malo (ya que nadie se siente confiado en su puesto).
Lo cierto es que salvo la "noche negra" de Riestra, la cosa va como la planeó el cuerpo técnico. Walter Otta nos dijo en Córdoba que necesitaba llegar a los 28 puntos (para nosotros 32 para estar tranquilos). Pero tomando el número del técnico, van 5 fechas con 6 puntos, restarían 22 por cosechar en los 19 partidos restantes. Y en el medio esta Copa Argentina que pareciera ser presenta el mejor escenario para los planteos del Deportivo Morón. Pero como dicen todos, los cañones apuntan al Santo Tucumano por los "porotos" del torneo Nacional B.
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