La punta no se negocia

Y bien amigos, pasó la primera parte, pasó el largo receso y este equipo volvió a demostrar que tiene pasta de esa que hace muchos años deseamos. Seguramente podremos discutir si fulano o mengano, o si no logró sostener a lo largo de los 90 minutos del protagonismo. Pero en el balance final quedó bien en claro quién era el mejor y por qué la cima del torneo está en manos del Gallo.
Repitiendo la fórmula de Tristán Suárez, Otta volvió a inclinarse por un solo punta (Rossi) y dos volantes con mucho despliegue y llegada. Sobre todo anoche fue un muy buen debut frente a su público de Ramírez que volvió a desbordar por izquierda y su movilidad fue incansable.
Suspendido Mayola, la capitanía pasó a manos de un Lillo que cada vez más se mete en el corazón de los hinchas por su entrega, despliegue y ese plus de anoche: el gol.
Luego, y como era de esperar, Estudiantes iba a presionar para no perder el tren de la punta. Y allí quizás podríamos hablar de zonas grises en donde Deportivo Morón tiene que aprender a manejar tiempos y circunstancias. La pelota merodeó demasiado la zona roja de Milton (figura destacable) y de no ser por una intervención en una desinteligencia del fondo, la historia hubiera sido otra.
Pero este plantel tiene recambio. Toledo, mucho más rápido que la versión 2016, se plantó delante de la línea de cuatro y Lillo pasó a jugar por izquierda delante de Nico Martínez. Pardo ingresó en lugar de Guzmán y la desesperación del Pincha por el empate, comenzaba a dejar huecos que en definitiva Morón no llegó a concretar, salvo sobre el final con ese "regalo" que nos hizo Gerardo definiendo el partido desde casi 40 metros y por sobre la salida del arquero rival.
Y como se escriben los viejos libros del fútbol: ante la paridad de equipos, definen las individualidades. Y Morón las tuvo, Ramírez en un desborde dejando a Lillo solito para concretar en el primero y luego la categoría del "10" para el cierre del encuentro.
Cosas para mejorar, seguro. Pero todos vamos a coincidir que este equipo tiene mucha personalidad  y se siente ganador donde juegue.
Morón sigue firme en busca de ese objetivo, ahora falta que muchos empiecen a creer que hay muchas razones para que este año sea el año del Gallo.