Remar y remar denota esfuerzo. Pero cuando el viento justo viene en popa (parte trasera del bote o barco), la tarea se alivia.
Buscar y encontrar. Claro que muchas veces la suerte te da la espalda y todos los esfuerzos parecen inútiles. Pero no fue el caso. Morón ganó dos a cero y, si bien lo mereció, la diosa fortuna le guiñó el ojo en dos oportunidades.
De arranque el once de Otta fue más. Con una línea de cuatro que sale de memoria, un Lillo y Giménez que es la mejor versión del "doble 5" que puede presentar este plantel, y Matías Pardo "poniéndole onda" por el carril derecho y Rodrigo Díaz volcándose por la izquierda. Arriba "los picantes" que de a uno o juntos siempre aparecen. Y con un Rossi más abastecido, no tardó en llegar el peligro sobre el arco de la U.A.I que cometió un claro penal que Emanuel Giménez convirtió fuerte al medio.
El uno a cero se justificaba porque Morón era más punzante en cada réplica de la visita que jamás se alejó de su idea de tocar y jugar. Claro, principios elementales de un Roberto Marcos Saporiti, 77 años y todavía enseñando.
Pero como dijimos al principio, el primer "guiño" de la fortuna vino luego del primer y único ataque punzante de la visita que su número diez (Isaac Suárez) estrelló en el travesaño. Pero de ese rebote partió una excelente contra con Pardo por derecha, habilita a Rodrigo Díaz que ve a Rossi entrando solo por el otro sector, le cambia la pelota y el "Bicho" mete el freno y un centro rastrero al primer palo que Damián empuja a la red con travesaño y rebote en el arquero incluído. En el barrio diríamos: "...uno palo y afuera, el otro palo y adentro."
El dos a cero obligó a jugarse aún más a la visita y el partido quedó planteado para la búsqueda de espacios que la U.A.I dejaba obligadamente.
El esfuerzo no fue suficiente como para el empate pero si como para un descuento. Una infracción de la inexperiencia de Pardo en el área podría haberle dado otro tono a los últimos quince minutos. Pero Facundo Diz estrelló el penal en el travesaño y allí se cerró la historia. La suerte había tomado partido y contra esto no había nada que hacer.
Igualmente el triunfo fue justo y la carrera sigue. Los destacados Cristian Lillo, Javier Rossi y Franco Racca. El resto en un tono parejo y con mucho sacrificio. Veinte de los últimos veinticuatro es muy importante. Y menos mal que la racha es positiva porque los de arriba tampoco aflojan.
Objetivo uno: terminar el año entre los cinco primeros y asegurar un lugar en la copa Argentina.
Objetivo dos: materializar los sueños postergados.
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