Final y principio

El torneo corto y las elecciones ya son historia. Deportivo Morón terminó cuarto  de veinte equipos a 5 puntos de quien consiguiera el único ascenso: "el increíble Flandria".
Tuvo al goleador del certamen, Javier Rossi con 10 de los 26 goles conseguidos a lo largo de 19 fechas. A su vez su arco no fue tan seguro ya que recibió un gol por partido en promedio. Ganó 9 encuentros, empató 5 y perdió la misma cantidad. El balance fue positivo si tenemos en cuenta un año con muchas cosas en el medio de las que se han hablado oportunamente.
Pero luego de que los socios eligieran a Alberto Meyer como Presidente, aquella "unión" previa a las elecciones está, por lo menos por ahora, lejana y difícil.
Es que el acto eleccionario en sí dejó a muchos de los candidatos dolidos y, por otro lado,  respirando paz. Lo primero por la historia que se tejió en la mañana misma de los comicios, cosa que nadie salió a aclarar todavía. En el medio mucha gente fue ensuciada y los fantasmas pasearon  por las cabezas de varios socios que fueron demasiados presurosos a la hora de pensar mal. También debemos sumarle  panfletos básicos  y algún que otro "codo alto" a la hora de las chicanas. Así, y como se preveía, la lista ganadora tomó el gobierno del club y empezó a ver cómo a su alrededor empezaron a irse aquellos que "aportaron" hasta minutos antes del 5 de junio.
"El que gana, pierde..." fue la frase de moda entre los candidatos. Y los que perdieron ganaron porque, tal como se preveía, las deudas urgen y los bolsillos faltan. Es que las puertas para golpear son menos y más duras que hace uno o dos años atrás y sueños y proyectos empiezan a toparse con una realidad que si bien era conocida, en la arenga grupal se minimizó demasiado.
No alcanzan los arqueros para llegar a todos los rincones del arco. Un arco que ya no mide lo mismo que hace un tiempo, los palos parecen lejanos y los rincones casi inaccesibles.
Es que nuestro Club, hoy por hoy, es una máquina devoradora de recursos que lejos está de poder solventarse por sí mismo.
Mientras tanto, Meyer comenzó charlando con el actual técnico y advirtiéndole que la cosa viene dura. El presupuesto deberá acotarse y los refuerzos serán muy pocos. Ya de por sí, se cree que ni Turienzo, ni Mendieta, ni Rossi  ni Mayola continuarán en el club. El primero por "consejo" del D.T.,  Junior se debe presentar en Lanús, "el Bicho" es jugador libre y Emiliano recalará en Arsenal de Sarandí.
De esta manera Otta tendrá que elegir un defensor zurdo, dos volantes (uno por banda) y dos delanteros (una "torre" y uno más bajo) para emparchar al equipo.
En quince días vuelven al trabajo y, por lo menos, este plantel en el último mes casi recibió dos sueldos, cosa que tranquilizó momentáneamente las aguas.
Alberto Meyer tiene un desafío mucho más grande que el anterior: poner en marcha una maquinaria gigante que está dormida.