El menos pensado

Por Ezequiel Echeverría
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Foto: Osvaldo Abades (h)

Y sí. Alguna vez se dijo: "...el año en que menos lo piensen...". Finalistas. Esta regular irregularidad ahí nos puso. De cara al sueño postergado. Aquella seguidilla de doce partidos no solo nos depositó en el reducido sino que nos dejó picando esa posiblidad de que si se repetía en el tramo final podíamos soñar.

Y se nos viene el recuerdo de la derrota en el Parque San Martín. Punto de quiebre. Reducción del plantel, supresión de las concentraciones y cambio en la sub comisión de fútbol.

El pensamiento colectivo era terminar lo más dignamente el año. Y seguramente sin la presión del protagonismo, las cosas se allanaron y casi sin quererlo, o mejor dicho queriéndolo pero como aquel que sueña con un regalo imposible, acá estamos.

Blas volvió a armar la defensa que más resultados le dio. Yassogna siguió trabajando como el primer día. Y la frescura de Mendieta más el retorno de Altobelli fueron claves.

Un equipo sin estrellas. Un equipo con laburantes. Poca rabona, mucho huevo. Y claro, ¿quién es el técnico?.

Señores, "chapeaux" para Giunta. El tipo sabe de esto, y a su manera, por muchos discutida, inclusive por nosotros mismos en varias oportunidades, vuelve a meter a un equipo a las puertas de un ascenso a la "B" nacional.

Y justamente al equipo que lo sacó del olvido cuando luego de mucho tiempo sin dirigir, tomó aquel plantel que se quedó en el recordado penal en Platense.

Y con esto que heredó y armó, vuelve a llegar bien lejos. Él mismo en varias oportunidades declaró que esto era lo que había. Y nosotros sabíamos que tenía razón. Pero evidentemente desde una tosca soberbia discursiva se las arregló para que su equipo juegue por la grande.

Y con la cancha casi a estrenar, con una deuda económica importante, con muchas ganas e ilusiones pero con una incertidumbre muy grande luego del nuevo escenario político, acá estamos. Firmes, protagonistas, y nuevamente candidatos. A dos partidos de tocar el cielo luego de 25 años. Ese cielo que tantas veces vimos de cerca pero que terminó siendo infierno. Pero ¿saben qué?, esta vez estamos curtidos. Todo lo que suceda, bueno o malo ya lo pasamos. Lamentablemente somos uno de los pocos que vivimos esa increíble historia que podremos enterrar definitivamente si el de arriba nos guiña el ojo. Y para terminar, permítanme un consejo: disfrutemos, gocemos y hagamos que estos momentos sean inolvidables con todos los que nos bancaron cuando regresábamos con la cabeza gacha y la derrota a cuestas.