Un cambio bien arriba

Foto: Osvaldo Abades (h)

Lo más fácil sería decir que habría que cambiar al técnico. Podríamos escribir miles de frases justificando los pobres resultados y culpando a un flojo plantel. O escudarnos en algún fallo arbitral. Pero sin lugar a dudas, el Presidente Diego Spina debe "re-fundar" su Comisión Directiva.

Este presente conformado por una realidad futbolística e institucional que salta a la vista de todos tiene como protagonista a un grupo de buenos muchachos que, en su mayoría, este club les ha quedado grande.

Si Diego Spina no consigue rodearse de gente que le aporte soluciones, y lo que es más importante, si el mismo Presidente no aprende a "presidir" lo que significa delegar y marcar los caminos a seguir, este comienzo del fin se precipitará mucho antes de lo esperado.

Una realidad que nos muestra a un club con un pasivo por ahora irreversible, un desmanejo del control de obras (a menos de un mes de la fecha de finalización de la segunda etapa), una notoria merma en el pago de socios, retrasos en sueldos y aportes, un estadio nuevo que empieza a mostrar signos de deterioro a pesar del nutrido número de empleados que podrían evitarlo, divisiones inferiores que pasaron a ser sustentadas por un grupo de socios que pagaron sus palcos a cambio de abonar los sueldos, un predio que estuvo nuevamente al borde de la ejecución y que de no ser por un particular que aportó más de 200 mil pesos no tenía solución a la vista.

Algunos puntos destacados, y seguramente los haya muchos más que desconocemos desde afuera.

Deportivo Morón dejó de ser un club de barrio. Hoy necesita gerentes más que dirigentes. El Presidente debe conformar un grupo de trabajo paralelo a una Comisión Directiva.

Desde la Presidencia monitorear y tomar las últimas decisiones junto a su Comisión Directiva. Un Presidente no debe ni puede ser omnipresente. Pretender estar en todo es estar en ningún lado. No se puede correr por un contrato millonario y ver si pierde el depósito del baño de la platea.

Si Deportivo Morón quiere ser grande, debe pensar en grande, tomar decisiones adultas y reestructurar su conducción de acuerdo con su presente. 

Porque todo lo que se construya sobre bases flojas, caerá en el corto plazo.

De fútbol no hace falta comentar nada. Todo está a la vista y nada es impensado. Es el resultado lógico de lo que se ha sembrado.