Siempre lo mismo

El tiempo va modelando hasta las rocas más duras. La erosión del viento las redondea a todas iguales. Y en Morón, cambian los nombres, los ideales, pero al fin las distintas generaciones dirigenciales terminan pareciéndose unas a otras.

"...Tenemos que reducir el presupuesto...", "...traer tres o cuatro nombres y el resto conservar la base...", "...hay que apostar al semillero...". Frases repetidas hasta el hartazgo y nunca cumplidas. Planteles con decenas de ilustres desconocidos que jamás demuestran ser superiores a sus pares de cuarta o quinta división. Sueldos de "estrellitas" que equivalen a todo el presupuesto del trabajo en inferiores. Objetivos poco claros, sí en los deseos, pero no en la planificación. Directivos que por momentos dicen que somos "grandes" y al rato se desdicen. Grandes cuando contratamos, chicos cuando la juntamos. Y lo mismo les pasa a los "cracks"..."venimos a un club grande". Claro que cuando traspasan el umbral, no todo lo que brilla es oro. Y entonces los "players" nunca se identifican, sólo hacen su trabajo, lo justo, lo mínimo, lo necesario.

Y lo mismo podríamos decir de todos aquellos que "son hinchas del gallo", hinchas que creen que una cuota de cien pesos habilita a todo. O aún peor, aquellos que ni cuota pagan pero a cambio de "su aguante" tienen derecho a ropa, negocios y favores.

Y ahora hay que darle de comer al monstruo. Y como ya no alcanza, le estamos dando el alma. Impensado hace cuatro o cinco años. Alguien vinculado a la mayor falsificación de dólares de la Argentina, a la muerte de Poli Armentano, condenado por la muerte de su esposa en un confuso episodio, sí, ese mismo ahora es nuestro mecenas. El llamado "Rey de la Noche" también se hizo hincha del Gallo. Quizás algún día sea presidente, como lo fue Samid. 

Es que nosotros les preparamos el terreno, el resto es decantación. Recorremos caminos que nos dejan a las puertas de decisiones extremas: "...no hay otra...". Y en realidad la solución no está en el final sino en el principio. ¿En qué piensan nuestros dirigentes, los viejos y los nuevos, a la hora de armar los presupuestos? ¿Cuándo van a aprender que presupuestar 10 equivale a 15 y se juntan 7?

Historias repetidas, cambian los nombres, pero los argumentos son los mismos. Mientras tanto la vida se nos va en los 25 años. Y esos 25 años tienen una explicación, todos conocen el camino, pero vaya uno a saber por qué siempre se toma el mismo, y ese mismo nos conduce siempre a lo mismo.