Somos lo(s) mismo(s) de siempre

Foto: Osvaldo Abades (h)

Por: Facundo Ferrari

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En el mediodía de Villa Lynch, Morón volvió a dejar una imagen pobre y cayó ante la UAI Urquiza por 2 a 0 y volvieron las dudas a cerca de la permanencia en la categoría.

Aunque era el octavo partido en que el Tano Pasini dirigió al equipo, lo que se vio en la cancha se pareció más a los últimos tiempos del proceso de Grana que al arranque de esta nueva etapa en el que se habían obtenido cinco victorias al hilo.

Como si hubieran llegado las doce y el encanto del carismático entrenador se hubiera roto, la carroza volvió a ser calabaza y el Gallito volvió a ser un equipo tibio y sin ideas que deambula sin rumbo fijo en el fondo de una tabla que lo viene angustiando desde hace tres temporadas y de la que aún no logró salir por mérito propio.

Ante un rival serio y menos ingenuo del que enfrentó en la primera rueda del torneo, el conjunto del oeste salió a la cancha como si fuera la tercera fecha de un torneo en el que no se juega nada. Sin embargo estaba en juego la chance de salir definitivamente de los problemas de descenso y de meter a su rival en serias complicaciones.

Del otro lado las cosas se entendieron mejor. Desde el arranque, los dirigidos por Cristian Aldirico fueron en busca de lastimar a Morón. El aviso desde afuera de Cristian Fernández tuvo su respuesta en los pies de Cérica, que desvió su zurdazo por el primer palo de Matías Cano.

La siguiente de riesgo fue el gol de la apertura del marcador. El desborde de Fernández por derecha encontró grietas en la marca de Giambuzzi y muchas dudas entre Leguizamón y Mayola para despejar. Por el fondo entró sólo Maxi Ferreyra (Orihuela estaba siendo atendido por lesión) y puso el 1 a 0.

Se jugaban poco más de 20 minutos, sin embargo Morón no fue en busca del empate tal como indicaba la situación. De allí al cierre de la primera parte, tuvo una sola. Damián Akerman quiso sorprender a Cano rematando suave y su disparo se fue apenas alto sobre el travesaño.

Ni bien arrancó la segunda mitad, el golpe de nocaut. Desesperado en busca del empate, el fondo del Gallo quedó marcando mano a mano y la velocidad de Fernández fue demasiado para Juárez (reemplazó a Orihuela y tuvo buen desempeño) y para Mayola que nunca llegaron en auxilio de Leguizamón que observó rendido la gran definición del mediocampista local. 2 a 0.

Los ingresos de "los Martínez" no resultaron efectivos y Morón siguió repitiéndose y siendo improductivo en ofensiva. En la otra área, los delanteros de la UAI estaban a la espera de liquidar un partido que -de todos modos- ya estaba terminado hacía rato.

Si se lo mira en general, 16 de 24 es un buen número y el 66% de los puntos es una buena marca. El problema es que después del revulsivo que generó la cara nueva en el banco y la motivación de tener a un histórico como Pasini al frente la burbuja se rompió y los intérpretes son los mismos. Tan irregulares como lo habían sido durante las treinta fechas anteriores. 

Hace un año, un entrenador decía: "...Este año Morón no desciende porque hay equipos que son más horribles que nosotros". Un torneo más tarde, la historia es bastante similar. Habiendo desperdiciado las oportunidades que tuvo para salvarse por sus propios medios, el Gallo podría lograr el objetivo sin jugar, si es que Defe y Flandria no ganan sus partidos de la próxima jornada en la que los de Pasini lo mirarán por TV.