Bienvenidos como sean

Foto Osvaldo Abades 153-920-5117

Bienvenidos sean los puntos. Tres unidades que nos mantienen con una pequeña luz y mucho más cerca de la meta. Cuando se jugaba la media hora del complemento comencé a ver con buenos ojos el empate. Es que Colegiales había desaprovechado una contra mano a mano de Fergonzi contra Leguizamón. Cole jugaba por el honor y el plus que a esta altura de los torneos merodean los vestuarios y los celulales. Pero Deportivo Morón volvió a jugar muy mal. Sobre todo en la primera etapa donde el bodrio fue tan grande que dudábamos si los arqueros iban a tocar la pelota aunque sea una vez.

Si hay algo que ha demostrado Pasini a lo largo de estos dos partidos, es que lee bien el trámite y acierta con los cambios. Pero también, hay que decir que los equipos que planta desde el comienzo todavía no dan "pie con bola". Ayer el doble cinco de Granero y Zúñiga fue muy flojo, lo mismo que Mariano Martínez y Akerman. Aunque hay que reconocer que entre el "esfuerzo" de los rivales y un campo de juego que es un desastre, hilvanar una jugada por el piso pasa a ser un desafío de valientes.

Para el complemento el ingreso de Gerardo Martínez y un ánimo recargado por la charla del entretiempo del vehemente D.T., dieron señales de que por lo menos se podía merodear el área contraria. Y sin insistir demasiado y luego del "susto" ya contado al inicio de esta nota, Gerardo le sirve una pelota a Ariel Otermín que tomó la lanza y se plantó en el campo rival ganando y tocando para un Akerman que estaba de espaldas y fue víctima de un agarrón de Martín Abaurre que juró por todos sus ancestros que era inocente. Penal y expulsión. Pero el sufrimiento nos va a acompañar hasta el final. El penal entró agónicamente ya que el mismo "9" ejecutó fuerte y abajo, el arquero adivinó y llegó a tapar a medias aunque la pelota se le coló por debajo del cuerpo y se trepó hasta el techo del arco.

Luego restaban pocos minutos para el final y el "tricolor" estaba con dos menos (también había sido expulsado Mendoza por doble amarilla). Bien sobre el final, nuevamente Gerardo (que pudo ser expulsado apenas había ingresado por una patada desde atrás a un rival), habilitó de derecha a izquierda a Mariano Barbieri y éste enganchó dejando a Damián Akerman solo frente al arco para poner un segundo grito impensado quince minutos antes.

Festejo, festejo y festejo. Seis de seis. Mal jugados. Pasini sigue con el pie derecho y a esta altura nada nos importa más que cosechar todo y como se pueda para que esta pesadilla termine lo más pronto posible.