Pocas armas para ir a la guerra

Foto: Osvaldo Abades (h)

En el choque de punteros por la 15° fecha del torneo de la 1° B Metro, el Gallo volvió a mostrarse tibio y sin ideas y cayó ante una pobre versión de Atlanta en Villa Crespo con gol de Lucas Nanía por 1 a 0.

Tras la victoria ante Comunicaciones que le permitió treparse a la punta del campeonato, Morón visitaba al Bohemio con la esperanza de seguir en la senda del triunfo y escaparle a la zona roja de los promedios. Sin embargo, la falta de su hombre más desequilibrante, Gerardo Martínez, fue mucho para un equipo que carece de opciones a la hora de lastimar a sus rivales.

Casi sin patear a al arco en todo el partido, Morón exhibió su cara más pobre en la tarde de Villa Crespo. No se trata del magro rendimiento de sus delanteros, ni de la incapacidad de los hombres de creación para asistirlos. Tampoco de la defensa, que –aunque no tuvo su mejor partido- no pasó demasiados sobresaltos ante un rival que no es temible ni mucho menos.

El mayor problema que reveló el equipo dirigido por Mario Grana es la falta de recambio que tiene este plantel y las enormes diferencias que existen entre los habitualmente titulares –más allá de que no pasen por un buen momento- y los relevos, que aún no demostraron estar a la altura de las circunstancias salvo algunas excepciones.

Después de un primer tiempo para la siesta en el que ninguno de los dos se animó a buscar y casi no se generaron peligro más allá de una de Akerman y otra de Godoy, el partido se hacía difícil de seguir para los espectadores por lo impreciso y mal jugado.

Sin embargo, aprovechando las falencias del Gallito, profundizadas por la decisión de Grana de armar la línea de fondo con cuatro hombres a partir del ingreso de Gonzalo Juárez ni bien comenzada la segunda mitad, lo que generó el retroceso automático del equipo, Atlanta copó el campo de Morón y elaboró las situaciones más claras.

Para colmo, Juárez –que consumió el poco crédito que le quedaba en la paciencia del público- se fue expulsado algunos minutos después de haber ingresado, por lo que tuvo que apelarse a otra variante para rearmar el fondo. Parentini adentro en lugar de Esteban González.

Si con once le costaba, con diez hombres y sin el único que podía tener la pelota lejos del arco propio, Morón se dedicó a enfriar el partido en la espera del pitazo final, casi sin pretensiones de mitad de campo para adelante.

A Atlanta, al que tampoco le sobran demasiadas luces, se le empezaba a abrir un partido que en condiciones normales hubiera ido rumbo a un cero clavado. Fue así que casi sin proponérselo, el Bohemio se encontró con la ventaja. El recientemente ingresado, Nanía, encaró en posición de diez y desde afuera del área clavó su derechazo a media altura en el segundo palo de Migliardi.

En los últimos diez y ya en desventaja, el Gallito fue en busca de la hazaña del empate. Con el ingreso de Leandro Rodríguez, Grana quiso darle al equipo algo de peso en ofensiva. Pero el ex hombre del Llaneros de Colombia tampoco fue la solución.

Se lo terminó llevando el Bohemio. Tal vez haya sido demasiado premio para lo poco que hizo el equipo de Méndez. Aunque termina siendo justo castigo para este Morón que no sale de la mediocridad que viene mostrando desde el inicio del torneo. Culpa de los bajos rendimientos individuales, claro. Pero aún más por la escasez de recursos con los que cuenta el entrenador a partir del armado mismo del plantel para este año tan duro en la vida del club. 

Lo único rescatable de la fecha, puede ser –acaso- que en medio de este loco juego de las matemáticas y gracias a la derrota de la UAI, el Gallo salió de la zona de descenso y respira, al menos, por esta semana. Ya no por mérito propio, sino por esas cosas de la aritmética.