Peligro en el fondo

Cuando todo hacía prever que podía dar el salto a la cima de la tabla, el Deportivo Morón volvió a caer y no solo dejó pasar la chance de punta sino que se complicó en los promedios por el descenso.

Quedará en la historia que la Cenicienta del torneo, Fénix, fue el primer visitante en ganar en el Nuevo Francisco Urbano. Fue 3 a 2 con grandes actuaciones del autor de los dos primeros, Nicolás Martínez Vargas y de Daniel González.

Tibio y sin la vehemencia de otros partidos salió Morón  a jugar contra uno de los rivales directos en la lucha por la permanencia. Con una línea de tres en el fondo que extrañó mucho la velocidad de Berón y la seguridad que Mayola había logrado, el equipo de Grana mostró falencias preocupantes que fueron capitalizadas por el rival.

No había hecho pie en el juego y ya perdía. Un centro desde la derecha sorprendió a Gonzalo Juárez que ni atinó a saltar y por sus espaldas Martínez Vargas anotó el primero. La incredulidad del público en las tribunas era la misma que se veía en los jugadores de Grana. Cada vez que Fénix intentaba, el fondo del Gallo no daba garantías. En ofensiva tampoco se generaba nada que hiciera tambalear la solidez de la última línea rival.

 

En medio de la confusión, después de un tiro de esquina que también llegó desde la derecha; otra vez el centrodelantero rival saltó increíblemente solo y venció al débil intento de Migliardi por ganar en lo alto. Morón estaba 2 a 0 abajo y no había signos de rebeldía en la cancha. El arquero del Cuervo, Hernández, casi no tuvo participación en la primera parte.

 

Para el segundo tiempo, Grana salió a quemar las naves. Desde el arranque ingresó Esteban González en lugar de Gastón Sánchez y Barbieri pasó a jugar por derecha. Fue allí donde el ex Flandria produjo lo mejor. Más tarde, Cérica reemplazó a Mariano Martínez.

 

A partir de los cambios, Morón volcó las situaciones en su favor. De una falta sobre Cérica en tres cuartos de cancha llegó el tiro libre con el que el Gallo descontó. El centro de Gerardo llovió en el punto del penal y entre una maraña de piernas fue Juárez el que puso el 1-2 y cambió -aunque sea por un rato- los insultos del primer tiempo por los aplausos de la esperanza.

 

Unos minutos después, el recientemente ingresado Leandro Rodríguez, peleó una pelota casi perdida y ganó un lateral. De allí llegó el desborde de González y el centro a Cérica para que el ex Midland estampara el 2 a 2.

 

El delirio se apoderó del público que creía posible la hazaña de darlo vuelta y el equipo se lanzó en busca del tercero. Zúñiga estuvo muy cerca pero el grito se atragantó por un desvió en Rutili.

 

Faltando cinco y con todo Morón en ataque, una contra por izquierda encontró a Juárez sin poder cortar a Daniel González que encaró solo a Chiche y tiró el centro al corazón del área. Después de una serie de rebotes y de un despeje corto y para el medio, Julio Ledesma -que había entrado unos minutos antes- puso el 2-3 definitivo y silenció al Urbano.

 

El empate hubiera sido un premio al cambio de actitud en la segunda mitad. Hubiera sido útil para sumar por sobre los quince imaginarios planteados para este primer cuarto de torneo. Hubiera sido clave para despegar de la zona roja y ante un rival directo. Pero hubiera sido demasiado para un equipo que marcó tan mal, que generó tan poco y que desperdició un tiempo de juego que le costó una derrota.